domingo, 28 de junio de 2009

SALUD: RETENCIÓN DE LÍQUIDOS

Si nuestros tobillos, piernas, abdomen están más hinchados de lo habitual puede que se trate de una retención de líquidos. Se produce cuando existe un desequilibrio en los líquidos de nuestro cuerpo. Los vasos sanguíneos depositan demasiado líquido en los tejidos corporales o el líquido que se almacena en estos no se elimina a través de la sangre de forma normalizada. Lo mismo sucede si los vasos linfáticos son incapaces de transportar con los líquidos linfáticos el exceso de líquido del organismo.

Hay que tener en cuanta que pueden tratarse de causas interna: embarazo, obesidad, mal funcionamiento de las glándulas linfáticas, insuficiencia renal, cardiaca o hepática… o externas: permanecer de pie o sentado durante muchas horas, utilizar ropa demasiado apretada, el calor, el abuso de sal, medicamentos, ect, por lo que siempre habrá que visitar un médico para que el sea el que establezca las causas, ya que parece ser un signo menor en muchos casos, pero puede esconder patologías severas.


Si se debe a efectos de unos hábitos de vida no demasiado saludables, podemos tomar medidas al respecto:
  • Incrementar el consumo de alimentos ricos en agua y electrólitos, principalmente frutas y verduras.
  • Consumir abundante agua, el consumo de líquidos nos ayudará a mantener nuestro organismo depurado, limpio de impurezas y sustancias que en muchos casos son las causantes de esta retención. Además, nos ayudará a reponer parte de los niveles de sales minerales que el organismo necesita.
  • Realizar actividades físicas que favorezcan la circulación de la sangre, cualquier tipo de ejercicio aeróbico.
  • Reducir el consumo de azúcar y sal. Sustituir el salero por hierbas aromáticas y condimentos.
  • Ingerir una cantidad suficiente de proteínas, ya que si éstas faltan en la dieta, puede reducirse la producción de albúmina y así, acumular líquido entre los tejidos.
  • Descansar lo suficiente. El reposo es esencial. Dedica unos minutos cada día a elevar las piernas.
  • Fundamental ingerir alimentos diuréticos como las frutas y verduras que contienen altas dosis de potasio necesarias para regular nuestro organismo y con él el nivel de líquidos que contiene.
  • Consumir infusiones: diente de león, maíz, cerezo, fumaria, cebolla, perejil, madreselva, achicoria, saúco, vid roja, te verde, te rojo…. Todas ellas tienen un componente diurético.
  • Muchas veces viene derivada de una mala circulación por lo que son importantes las duchas de agua fría.
  • Masajes de drenaje linfático, siempre que esté aconsejado para tu caso específico.