Para comenzar a utilizar cualquier tipo de exfoliación, debemos plantearnos una serie de cosas:
Nuestro tipo de piel y problemas específicos. Si tenemos piel grasa o con tendencia acneica debería tratarnos un dermatólogo y no hacer experimientos en casa. Con las pieles muy sensibles deberían utilizarse exfoliantes específicos muy suaves y muy puntualmente.
Nuestra edad. La piel joven se regenera cada 28 días aproximadamente. Con la edad, la regeneración se ralentiza y empiezan a acumularse células muertas en la capa córnea. A partir de los 30 años es conveniente comenzar a tratar la piel con productos que nos van a ayudar, haciendo un peeling (quimico) continuado y reduciendo así la capa córnea, mejorando la luminosidad, zonas pigmentadas, queratosis y arrugas finas . Estas cremas de tratamiento domiciliario están compuestas por componentes como el ácido glicólico, salicílico, lactobiónico, ect...y siempre deben ser recomendadas por los profesionales. En estos casos los exfolientes a los que hacemos referencia no son necesarios.
- Las condiciones de nuestra piel. Si utilizas el peeling porque tienes muchos puntos negros y la piel muy opaca, lo primero que deberías hacer es una limpeza de cutis profunda (con extracción, fundamental), ya que si intentan mejorar el aspecto unicamente con peelings conseguirás dañar la piel.
- Asiduidad. En este caso hay que tener en cuenta que existen dos tipos de productos en el mercado: El produco intensivo que se utiliza como máximo un par de veces a la semana y los exfoliantes diarios que limpian en profundidad pero con el grano mas fino, siendo mucho menos abrasivos.
Antes de hacer una exfoliación es recomendable aplicar calor (ducha calentita, baño turco, ect) para que los poros estén abiertos y permitan la salida de las impurezas y células muertas. Después se debe utilizar un tónico o agua fría que ayude a cerrar el poro limpio.
